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Homo Onubensis

La Priostría...sobre Semana Santa

Una nueva acepción de agradecimiento.

Una nueva acepción de agradecimiento.

Apenas faltan días para que se cumpla un año de la última vez que visité el estrado virtual de mi blog. Un año sin dar rienda suelta al quiero y no puedo de mis letras. Y no crean que es por falta de ganas, ni de ideas, ni tan siquiera por temor a silenciar reflexiones que pudieran ocasionar alguna que otra cana, no. La vertiginosa montaña rusa de mi vida, apenas me permite regalarme un ratito al día para sentirme escritor. Desconozco si desgraciada o afortunadamente, se llega a un punto en el que la administración del tiempo, se convierte en una lucha interna en constante resolución personal. Hay que cuidar, y mucho, dónde, cómo y con qué se "gasta" el tiempo.

Hace unos días llegó a mi vida una de esas experiencias que, de modo automático, mientras la iba desgranando y escuchando, la redactaba mentalmente en forma de artículo en  mi blog. Era la excusa perfecta para volver a escribir. Es una de esas historias que escuchas de principio a fin con una melancólica sonrisa empática y  una vidriada y sincera mirada de afecto. Una historia que no es historia, sino que es realidad y presente. Una de esas historias por las que piensas y te convences que merece la pena todo esto de “los pasos y la semana santa”.

Son ya tres los años que tengo la fortuna de pertenecer a la cuadrilla del Stmo. Cristo del Buen Fin y, desde el primer momento con Manuel Vallejo y actualmente con la familia Ariza, he contado año tras año con el cariño y confianza de un grupo humano en el que cada día me siento más  arropado. Sin duda podrá ser una de las Cofradías más humildes que existe en la semana santa sevillana, sin duda, pero cada vez que visitamos el viejo convento franciscano de la calle San Vicente, puedo decir abiertamente que me siento como en casa. Que es realmente mi casa. Mi familia, mis amigos, mis compañeros bajo las trabajaderas… son un conjunto que forman parte ya de mi día a día.

Vayamos con la historia.

Tengo que decir que no sé su nombre. Él es de esos costaleros que no hace corrillos al llegar y que no cuentan alguna historieta para avivar el ánimo precedente al ensayo. Suele ser callado, discreto, anónimo. Sé que va un par de trabajos por delante que el mío, y que suele llevar sudadera roja del Sevilla F.C., pero poco más. Nos conocemos de vista desde el primero de mis años allí y solemos saludamos al llegar a cada ensayo, pero como digo, poco más. En el último ensayo hace apenas una semana, tomando la previa y preceptiva cerveza en el Bar Rodríguez, en el corner derecho de San Vicente con Marqués de la Mina, coincidimos ambos codo con codo e inicié instintivamente una breve y formal conversación con él:

-A ver si no acabamos muy tarde hoy.

-Eso espero, que tengo a la chica hoy un poco un fastidiailla y me esperan para acostarla.

-Vaya por Dios ¿hay males?. Espero que no sea nada, que esto está aquí ya y se tiene que poner buena para disfrutar de la Semana Santa –respondí con simple cortesía.

-Bueno, esto a mi me da igual. Yo es que no soy mucho de creer.

-¿Y como que sales de costalero? – repuse bastante sorprendido, mientras notaba como los ojos de mi interlocutor iban enrojeciendo no se bien si de vergüenza o tristeza.

-Salgo de costalero por que mi niña ha estado 8 años en el Centro de Estimulación Precoz de la Hermandad. Sin la ayuda del Centro no sé que hubiera sido de mi niña. Gracias a la gente que trabaja allí día a día con los niños, mi hija ha ganado en calidad de vida. Al menos puede ponerse los cordones solita. Salgo de costalero en agradecimiento a la Hermandad y a su gente. Le debo muchísimo a este Cristo y a esta Virgen.

Le devolví su respuesta en forma de nudo marinero en mi garganta. No supe que más decir ni que argumentar. Fueron muchas las palabras que podía decirle y que tenía en el tintero,  pero no me salieron ninguna de ellas. Pensé en su hija, en la dureza de la vida que me iba contando. En la razón y humildad de un hombre que coge el saco y carga en su cuello el peso de un Cristo por amor a su hija y en agradecimiento a esas personas de la Hermandad. Pensé en lo anecdótico que somos y que es la vida cuando quiere. Pensé en esas personas que desconocen la labor humana, caritativa y afectiva que realizan las Cofradías en su día a día. En esas personas que creen que esto es sólo sacar pasos a la calle. Esas personas que dudan del significado de todo y que censuran los gastos de las cofradías en “tonterías”. Esas personas que no saben mirar, y que no ven que debajo de unos faldones de un paso de misterio existe, posiblemente, más misericordia con el prójimo, que la que ellos mismos puedan llegar a sentir en toda su vida. 

Sensaciones (prólogo)

Sensaciones (prólogo)

Se puede afirmar abiertamente que la Semana Santa, esa que se escribe con mayúsculas, es una cuestión de sensaciones. Incluso me atrevería a decir de gustos. Cada cual la observa, la siente, vive o disfruta a tenor de sus sensaciones personales, gustos o motivaciones. No existe una fórmula magistral que defina lo que cada uno experimenta o debe de sentir durante estas sacras jornadas.

Obviamente no hay nada escrito y todo es relativo, y más si me apuran, en este ámbito de “lo cofrade” donde las ortodoxias se disparan del ruan al raso o de un andar reposado a un izquierdo por delante.

Al fin y al cabo, todo en Semana Santa son sensaciones. Esa revirá donde se para el tiempo, esa marcha que hace callar, ese olor que penetra hasta la niñez, esa luz caduca de una candelería… Sensaciones. Todo y siempre sensaciones.

Y es ahora cuando os pido, estimados lectores anónimos, que me permitan que desgrane mis sentidos sobre nuestra semana. Que den licencia a mis palabras para no ofender a nadie si es el caso. Que sólo lean estas palabras como lo que son, una suma de sensaciones personales labradas a golpe de experiencia en primera persona.

Al sentarme a reflexionar y ver el panorama general de nuestra Semana Santa, van apareciendo un rosario de cuestiones que anteceden y atenazan mis sensaciones: ¿para quién está destinada nuestra Semana Santa? ¿a qué público estamos dando respuesta? ¿es Huelva una ciudad donde esto gusta?. Resulta cuánto menos curioso este dato que os ofrezco. En nuestra ciudad, contamos con una cofradía para cada 6.000 habitantes. Si atendemos a nuestros eternos vecinos es curioso que son 12.000 los sevillanos (sin contar su área metropolitana) para cada cofradía. ¿Somos conscientes que tenemos el doble de cofradías por habitantes que Sevilla? ¿Somos conscientes que tenemos 25 hermandades (26 si sumamos al Resucitado) donde empiezan a proliferar “medias cofradías”, cofradías “estancadas” y cofradías sin proyecto definido? ¿Son sostenibles económicamente cofradías (muchas de ellas con décadas a las espaldas) que no superan los 200 nazarenos?...

Son muchísimas las cuestiones que se van generando ante la perspectiva de un balance global de nuestra semana mayor. Me niego a valorar los palios de Dolores de Oración y Victoria o el andar del misterio de la Sagrada Cena. Me aburre decir lo mágico que es ver Tres Caidas por Huerta Mena o la grandeza de Jesús Nazareno… ¿de qué nos sirve? ¿De qué nos sirve no ser críticos con  nosotros mismos y tapar nuestras carencias?.

Hemos entrado en la peligrosa dinámica del todo vale, para todos y de cualquier modo, sin levantar el faldón y pararnos a analizar horarios, recorridos, cortejos, imágenes, estética, símbolos, ritos… Todo se permite. Parece que vale con seguir adelante mientras cerremos un año más las puertas de nuestra parroquia con nuestra Cofradía dentro.

Doy comienzo con éste prólogo a una serie de reflexiones sobre mis sensaciones acerca de nuestra Semana Santa, no se preocupen, al fin y al cabo, todo son sensaciones…

Un "acto más"

Un "acto más"

Muchos conocéis el negativismo con el que suelo mirar las cositas de esta nuestra ciudad. Si, soy así, no me escondo. Pero quiero dejar claro y anunciar, serán las canas que empiezan a salir en mi barba, que empiezo a ver la luz al final de este túnel pesimista. Cada vez lo soy menos, lo confieso. Es verdad. Ahora, la indiferencia, es la que reina en mi corazón onubense. Pa vosotros…

Todo lo concerniente a ese “acto más” de los que se vienen celebrando dentro del Año de la Fe, tanto en nuestra querida Huelva como en el resto de España, está siendo gestionado, aquí en nuestra ciudad, de un modo sencillamente demencial.

La imperante e incipiente corriente de opinión contraria a la celebración del acto (por cierto, surgida desde fuera del gobierno de cualquier cofradía y sin poder ejecutivo, que es lo peor) además de que no la entiendo, la veo interesada y alimentada por egos y rencillas personales para nada enmarcadas dentro de lo que debe caracterizar a un cristiano. No lo entiendo. Lo que debería ser (no para uno mismo, sino para Huelva) un gran acto religioso y cultural, algunos se empeñan en enfangarlo con sacapuntas que rozan lo ridículo: que si se llama malamente Procesión, que si se llama injustamente Magna, que si es litúrgica, que si sólo hay 250 sillas… pa vosotros la perra gorda. Que sí, que muy bien, que os habéis leido mil veces el anteproyecto (hay lecturas más recomendadas, por cierto) y faltan dos comas, unas comillas y medio paréntesis. Que sí, que muy bien. Que ganáis. ¿Pero quién pierde? Pues pierde LA SEMANA SANTA DE HUELVA, dando una imagen para el resto de Andalucía, de frustración (algunos lo llamarán madurez), de revancha, de fractura.

“Es que no estamos aquí para cuando quieran los curas”. Perdónenme. Si. Las cofradías son Iglesia SIEMPRE. Los pasos, los enseres, las imágenes pertenecen a cada cofradía, muy bien, pero al ser Iglesia, son bienes eclesiásticos. Son de ellos nos guste o no. Esto de los pasos tiene unas reglas, marcadas por unas directrices y ejecutadas por unas personas. Lo que no podemos es adaptarlas siempre a nuestros intereses (“no es que yo soy cristiano pero estoy a favor del aborto”). Mire usted, usted será cofrade, sacapasos o “afisionao”, pero si no entiende y respeta la jerarquia eclesiástica, hágaselo mirar. Es así de fácil.

“Los muñecos están para sacarlos”, claro, cuando queramos, nos dejen y nos digan. Lo que no puede ser es que cuando nos interesa subamos a Palacio, serviles y obedientes,  para pedir sacar un paso para el XVII aniversario de la firma del primer contrato con la Banda de Romeralejos, y ahora, movidos como digo, por esta corriente chusquera y retorcida, pongamos pegas por la nomenclatura del acto, o por que no hay dinero… perdónemne nuevamente. Pero es que es ridículo.

“Es que a mi no me han dicho nada del Proyecto”. Es que a lo mejor usted no tiene porqué enterarse (de primera mano) de los anteproyectos, de los bocetoss o de las intenciones de un acto entre el Consejo de Cofradías y el Obispado de Huelva. Usted se enterará, como hermano, cuando lo convoquen (si su Cofradía así lo estipula) para realizar la consulta de participación en un acto. Lo que pasa es que aquí, como buen patio de vecinos cotilla que es ésta ciudad, nos enteramos de todas las miserias de los vecinos antes de lo que ocurre en nuestra propia casa.

No nos hemos permitido ni el beneficio de la duda. Ni la presunción de inocencia. Nos hemos subido al carro del NO porque hay cabos sueltos. ¿Y no hubiera sido mejor optar por el SI desde el principio, con ilusión, con optimismo, con ganas de aportar mejoras, soluciones, alternativas? ¿No hubiera sido mejor ver lo bueno (aunque sea poco o mucho) que pueda tener este acto en lugar de magnificar las (pocas o muchas) carencias que pudiera tener? ¿no hubiera sido mejor unificar fuerzas para ofrecer una imagen de unidad, de solidez y de potencia de la Semana Santa de Huelva?

Como suele ser costumbre últimamente… sigan. Sigan con las mamarrachás. 

 

Homo onubensis dixit

 

Una nueva Cuaresma

Una nueva Cuaresma

Sin duda la experiencia es un grado. Es más, a veces puede que sean hasta dos. O tres. La madurez te hace mirar antes donde no hay que pisar para caerte y, si es el caso, rodear el peligro y seguir de frente sin necesidad de riesgo. Esto es así. Dar un rodeo, alejarte, tener perspectiva, no es sinónimo de fracaso sino de inteligencia.

En esto de las Cofradías y los pasos he tenido la suerte de enfangarme hasta la nariz y no me arrepiento de ello, todo lo contrario. Son costuras que quedan en mi hábito cofrade para el resto de mi vida. Mi madre me recuerda constantemente  la anécdota que, siendo apenas un crio, llegué a estar hasta en tres Funciones Principales el mismo día, incluyendo hasta la de la Esperanza de Triana en Sevilla, en la que el propio D. Juan Mairena en su homilía, dijo que cómo era posible que estuviera allí ya que había acudido a otras en Huelva la misma mañana. Eran otros tiempos. Sin duda. Ahora no aguanto ni una… ni media.

Ahora no estoy. Apenas me conoce nadie. No pertenezco a la nómina de ninguna de las Cofradías de Huelva. De ninguna. Pero tengo la suerte de estar presente en todas y de disfrutar de lo bueno que cada una pueda aportar a nuestra fiesta favorita. Sin matices, sin rencillas, sin reproches. Sencillamente, ya es que estas cosas las dejé atrás porque no conducen a nada.

En la Cuaresma de este año me estoy sintiendo lleno y pleno. Pletórico. Se me ha hecho corta. Bien podría durar otros cuarenta días que la seguiría disfrutando como nunca. Me he visto en mil y un eventos de diferente índole. Desde ensayar en Sevilla por la Plaza del Duque a oir un concierto en Almonte delante de la Virgen del Rocío. De asistir a ensayos solidarios en el Polvorín a magníficas tertulias en Bar AncaLuis con gente del costal y de las Cofradías. De estar pendiente de programas de televisión y radio a bichear las diferentes opiniones en las Tertulias y Foros de Internet.  De asistir a una verdadera maratón de hasta diez besapiés el primer viernes de Marzo a ver vestido de la Burrita a mi pequeño Jacobo de la mano de mi otra pasión, Sonia.

Tantos y tantos momentos que forman esta sacra cuarentena vírica que cada cofrade debe pasar antes de llegar a Semana Santa.

Invito a todos a que se descubran el capirote que tapa la hipocresía y falsedad y disfruten, a cara descubierta, lo bueno que nos regala la Semana Santa. Esto nos gusta. Es nuestra vida. Disfrutemos de cada acto y de cada paso que demos. Esto son sólo siete días y pasan volando.

Mañana será Viernes de Dolores, el cráter de este volcán latente que es la Semana Santa. Déjense llevar por los buenos sentimientos. De eso se trata.

 

Hoy no

Hoy no

Debo ser sincero y decir de antemano, que no me sorprende que os abra nuevamente la bitácora de mis pensamientos con la llegada de una nueva Cuaresma. No me sorprende, no. Ya no debe ser casualidad. Quizás sea éste un periodo de tiempo más propicio a rebuscar en los trasteros de las sensaciones y los sentimientos, que puede ser.  La cuestión es que hoy,  planto nuevamente la Cruz de Guía en la puerta de este blog para hablar, sin intención de nada,  de lo que más me gusta, de lo nuestro. De lo que he vivido y mamado desde antes de nacer. De la llama que casi sin ser consciente estoy encendiendo, como ya hicieran conmigo, en el rey más pequeño de los pequeños reyes de nuestra casa.

Hoy no me apetece, ni quiero, envenenarme de la Semana Santa más oscura y prodieciochesca. La más radical y egoísta. La que olvida y derroca. La que muerde y rabia. La que sonríe con pinzas y da besos de Judas. Hoy  no. Hoy me niego a mirar hacia el lado y ver la escoria que salpica la más pasional de nuestras pasiones.

Hoy quiero ver la luz de la ilusión, del futuro, de lo que tiene que venir y está por llegar. De la inocencia cofrade en la voz de un querubín que con dos lápices hace una “crú” y se la pone al “homblo” para hacer el “Cachozdo”. Hoy quiero creer en esto por él, mostrarle lo que sé y cómo lo sé. Enseñarle al menos la última capa de pintura, la más brillante y hermosa,  de esta fiesta que muchos se encargan de llenar de hipocresía.

Entramos en los 14 días más bonitos para alguien que palpite a paso de tambor. Este estallido de besamanos, de traslados, de cultos, de conciertos, de mandaos, de ratos de casas de hermandad, de abrazos, de boletines, de tertulias, de Via+Crucis, de montajes, de ver el tiempo, de ensayos, de cafelitos, de itinerarios, de fotos, de túnicas, de estampitas, de compras de última hora, de viajes a Sevilla, de limpieza de candelería… esta locura bendición de estas dos semanas es la que quiero que los míos le enseñen. Ésta y no otra.

Apenas hace un par de días que lo ví por vez primera vestido de “colorao”.  Como yo lo hice en mi tiempo, como mis hermanos lo hicieron, como mis padres nos dijeron. Apenas fueron unos minutos mientras mi madre le cogía la bastilla a una de las túnicas que siempre hay por casa. Fue verlo vestido con su túnica blanca y saber que, gracias a Dios, el virus de las Cofradías está más que presente en él. 

No puedo, no puedo...

No puedo, no puedo...

Resulta más que evidente que estas incoherentes letras nacen sin la intención de sentenciar ni dar lecciones de absolutamente nada. Estas letras, no son más que una personalísima opinión que nace desde la experiencia de los años  que van cayendo irremediablemente porque, pese a la juventud que aún atesoro, son ya casi treinta y cinco años los que más lejos o más cerca, llevo viendo estas cosas de pasos, santos y procesiones.

Insisto. No se si son muchos o pocos, pero son ya varios los años que llevo alrededor de todo esto y creo que, al menos, tengo los mimbres para poder formar una opinión de la que, amigo lector, puedes estar de acuerdo o no.

En estos días de devoción cintera, en donde Huelva se echa a la calle para acompañar a su patrona, mis sentidos no pueden sino chirriar ante los diferentes actos y cultos que se celebran. No me gustan. Lo confieso. Me confieso. Al fin y al cabo la vida es cuestión de gustos y lo que, insisto, personalmente, entiendo lo que debiera ser y suceder en torno a la Hermandad de la Cinta, dista enormemente de lo que veo durante estos días por las calles de nuestra ciudad.  

Después de esto algunos empezarán con la cantinela de que “no se quiere a la tierra” y esa estupidez patriótica de Huelva como referente mundial de la belleza. Quizás hablo porque me duele, quizás intento con mis letras despertar la conciencia del homo onubensis que tapa sus carencias con flores y cera (al igual que hacían los pasos allá por los años 60).

Comencemos por la bajada, inicio del curso cofrade para muchos donde las señoras empiezan a pasear las primeras rebequitas de hilo de la temporada. Recuerdo la bajada como un acto íntimo, cariñoso, familiar, donde apenas un par de centenares de personas acompañaban a la virgen en silencio por la ladera de esa fachada al mar que tiene Huelva que es el Conquero. Alrededor del paso, rezando, esperando el amanecer para dejar a la virgen en La Merced. Más que una procesión era un simple traslado. Veamos ahora y respóndanme ¿no es curiosa la aglomeración de fieles en torno a desayunos gratuitos? ¿no es curioso el fervor que se demuestra a unos Campanilleros a los cuales se les espera en determinados sitios para cantar?. Quizás se hayan desvirtuado un poco y hayan perdido la esencia que debieran tener (este año incluso los acompañaba un bajo). Sería interesante que se velara por los cantos populares al modo tradicional, con instrumentos básicos, arropando más a la virgen durante todo el recorrido, invitando a que los fieles recen y les acompañen en sus cánticos. El resto, creo que se está desvirtuando. El hecho del poco acertado acompañamiento musical de los tambores de la Banda de la Salud lógicamente está fuera de lugar y obviamente no hay que darle más relevancia.

Y por descontado la llegada ya con el amanecer acabado a la Santa Iglesia Catedral, ya que no entiendo como se puede ir a otro templo que no sea éste. Hace unos días le escuchaba a un mozalbete del Grupo Joven de la Hermandad de la Cinta decir que está más cerca y va más gente. ¿Más cerca? ¿más cerca de qué?. De todos modos entre la Parroquia de la Concepción y el templo catedralicio hay… ¿500 metros?. ¿Qué es para facilitar el acceso de los fieles? ¿cuántas líneas de bus y paradas de taxi hay en Méndez Núñez y cuántas en la plaza mercedaria?. En fin. Que no tiene cabida ni base el cambio. Recuerdo cuando la Merced se abarrotaba incluso una hora antes del comienzo de la novena ¿realmente es por los fieles?.

Hablando de novena y como nota curiosa, el mismo chico del Grupo Joven decía en el mismo programa televisivo que se iban rotando los días de novena para evitar el cansancio. En fin. En absoluto descarto que en algunos años realicen un triduo para poder organizar mejor las procesiones. No estaría del todo mal que la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Cinta velara por quién sirve de imagen corporativa, no dejan de representar a la Hermandad de la Patrona de la Ciudad.

Cronológicamente seguimos con la Procesión Solemne. Otro invento sacado de la chistera para darle contexto a la llegada de la virgen a la Concepción. ¿No es procesión solemne, pues porqué el paso no va totalmente engalanado?. Es una procesión que sobra, no tiene cabida ¿es por procesionar a la Patrona (la cual vuelve a salir al día siguiente) o es para procesionarse a sí mismo?. Aunque bueno, lo que ya es rematadamente desacertado es el tema mantilla/chaqué. Poco más voy a decir que da verdadera lástima ver a señoras y señores engalanados con ropas que no saben ponerse ni lucir. Hubo algunos casos verdaderamente ridículos y eso, lo confieso, me da pena, pena y vergüenza ajena. No puede haber una procesión más desacertada. Por cierto, una última pregunta ¿cuántos costaleros calza el paso? A veces parece que vas a ver pasar la Cena… cuántos costales.

El fallo radica en la necesidad de realizar una procesión solemne, ya que quizás es que no se le otorga deliberadamente la solemnidad que requiere tanto a la bajada como a la subida. ¿no puede ser solemne tanto uno como otra? ¿no puede haber en la procesión del día 8 un cortejo?. Muchas incognitas sin duda.

Y dejamos para lo último la procesión del día 8. El día grande, o el que debiera serlo. ¿Desde cuando a la Virgen de la Cinta se le ha cantado sevillanas y rumbas? ¿cuál es la necesidad de “balconear” y hacer el recorrido interminable acudiendo a cada llamada de fieles en forma de sevillanas? Algo espontaneo, surgido, sentido… pero espectáculos en determinados casos con coreografías entre costaleros y cantantes no deben tener cabida. Esto no es un Cruz de Mayo ni un casting ¿o si?.

Insisto y quiero dejar claro. Es mi opinión. Mi opinión de cofrade rancio de ruan y cofradía silente, de cofrade de doble genuflexión y mirada al frente, de cofradía intimista alejada del bullicio.

Esto no va a cambiar, ni lo pretendo. Esto es así. Esto es la Huelva que JAMAS ha sido y ahora nos quieren vender y empapelar.

Lo único que puedo hacer es contener mi rabia, reflejarla con estas letras y quedarme en casa.

Matices oníricos

Matices oníricos

Con el grato recuerdo áureo del palio de la Esperanza Trinitaria en mis ojos acaba, como casi la de todos los cofrades onubenses, una nueva  Semana Santa. Curioso, cuanto menos,  resulta decir “nueva Semana Santa” cuando a los ojos del espectador de a pie, esos que engrandecen ésto y llenan las calles de todas las ciudades,  parece que siempre es lo mismo año tras año. La misma escenografía tragicómica de la Pasión, Muerte y Resurrección del Salvador. Atrás quedan ya los días por excelencia de las pipas de girasol, los montaditos de aguja y los saludos repetitivos a las mismas personas, en  los mismos sitios y casi a la misma hora durante los seis días de cofradías en nuestra ciudad. Ahora, algunos días después de cerrarse las puertas del templo hasta una nueva Cuaresma, es el momento de la autocrítica, la reflexión y el balance pertinente de lo que ha sido o es nuestra Semana Mayor.

Ni que decir tiene que éstas son mis letras, éste es mi espacio y ésta es mi opinión. No pretendo sentenciar ni dar lecciones de nada, y menos aún,  de esta Licenciatura donde cada vez hay más Doctores Honoris Causa y menos alumnos que acudan a las aulas. Únicamente es mi opinión, mi reflexión y mis vivencias. No te pido, amigo lector, que las compartas y hagas tuyas puesto que soy yo, modesto mezclador de frases,  el que gratuitamente las quiere compartir contigo.

Dos ideas principales gestan y marcan esta apocalíptica perorata. La primera es sencilla, LA SEMANA SANTA DE HUELVA NO ME GUSTA. La segunda de ellas, mucho más compleja, es para sacar nota, para gente de ésto curtidas en Casas de Hermandad y noches de montajes. LA SEMANA SANTA DE HUELVA URGE UNA REVOLUCION DE INMEDIATO.

Empecemos por la primera de las premisas expuestas anteriormente. Sin duda se trata, como digo y repito incansablemente, de  una cuestión personal e individual, no existen reproches ni recelos, pero es una cuestión intachable que salvo pocas y contadas excepciones la Semana Santa de Huelva no me gusta. Valoro que nuestra Semana Santa se queda en un  aprobado raspado. Quizás apurando el poso de la nostalgia y la devoción llegaría al Bien si buscamos matices donde no los hay. Poco más.

Al aficionado al fútbol no le importa gastarse 100 euros en una entrada para ver el Barcelona o el Real Madrid. El taurino, se desvive por ver unos lances de José Tomás oliendo a albero y Cohiba. ¿Qué malo hay en tener gusto? ¿Porqué nos aferramos al catetismo localista de decir “no no, lo nuestro es lo mejor”?. Al cofrade, al capillita, la Semana Santa de Huelva se le queda chica, vacía, pobre. Teniendo a poco más de tiro de piedra al eterno espejo de nuestra envidia y, dicho sea de paso, la mejor de la Semana Santa al menos como la entendemos los andaluces  “guadalquivistas”  ¿qué malo hay en disfrutarla, gozarla y vivirla, y querer aprender y disfrutar de ella?.

Si observamos atentamente el conjunto de la Semana Santa de Huelva, extraemos instantáneamente que es una Semana Santa inconclusa y sin miras de acabarse y cerrarse. Vemos Cofradías con pasos a medio terminar que se embarcan en la ejecución de otro sin atender a lo que se tenía previamente, palios que se estancan en su ejecución por que los Mecenas en cuestión se rebotan con unos y otros, dinero mal gastado en insignias, imágenes o enseres, adquiridos al capricho de los que durante los cuatro años del mandato rigen el devenir de determinada Cofradía. Ausencia de Proyectos de Cofradía, y si los hay, se saltan a la torera por rencillas y rencores, y vanaglorias egocéntricas de anunciar a bombo y platillo que “yo soy el que le ha hecho este paso al Señor”.

Fijémonos detenidamente y de un modo honesto en cada una de nuestra Cofradías. ¿Realmente nos conformamos con los que tenemos? Juguemos a adivinar mentalmente algunos detalles. ¿Nos fijamos en las insignias? La mayor parte de los juegos de insignias de todas ellas son bastantes deficientes, insignias “raras”, poco acertadas tanto en ejecución como en significado, poco originales o demasiado atrevidas. Si atendemos a los pasos de cristo, nos encontramos en muchos casos misterios inconexos, mal ubicados, sin gusto a nada y, recientemente, con una ejecución artística bastante deficiente. Que todos los imagineros no pueden ser Navarro Arteaga es evidente, pero hay imágenes que simplemente no se pueden permitir dentro de una Semana Santa actual. Los pasos de palio. Más de lo mismo. ¿Nos conformamos con diseñitos medio decentes y poco originales como los últimos en presentarse a la Huelva Cofrade? ¿a esto es lo máximo que aspiramos a la hora de hacer algo nuevo?. Respóndanme vosotros mismos ¿qué orfebrería destaca por su originalidad en diseño y ejecución?. ¿Porqué palios bordados que en algunos casos son primos hermanos de algunos de la vecina localidad no terminan de cuajar?

Seamos sinceros. A excepción de muy poquitas Cofradías como puede ser Oración en el Huerto, Victoria, Esperanza, Pasión, Tres Caídas o Nazareno, el resto son Cofradías que subsisten por la inercia de la Junta de turno, con unas carencias culturales y estéticas tremendamente importantes y con unas nulas perspectivas de futuro de cara al crecimiento cultural, religioso y artístico.

En otro plano totalmente diferente me gustaría recalcar que a día de hoy, la mayor parte de las Cofradías de Huelva, están en manos de personas con una cualificación cultural y religiosa más que dudosa para el ejercicio de sus cargos de gobierno. Están por que han llegado. A base de codazos, porque no había nadie, o porque alguna cuadrilla de costaleros los han colocado ahí. Pero pánico da el ver y adentrarse en las listas que conforman muchas Juntas de Oficiales de determinadas (y algunas con abolengo) Cofradías de nuestra ciudad. Niñitos y niñitas que han sabido apartar a los que saben de esto para buscar su momento de gloria en forma de programa televisivo, radiofónico y página de internet.

Por todo ello, y por algunos aspectos más que se guardan en el tintero de la prudencia, me reafirmo en la idea de que la Semana Santa de Huelva no me gusta. Ni me gusta ni tiene visos de que pueda cambiar mi percepción en los próximos años y es aquí, en consecuencia a lo expuesto, donde aparece la segunda premisa de mi reflexión. La necesaria y urgente “revolución” en nuestra Semana Santa.

Fue a finales de los años 70 cuando llegan a determinadas Cofradías de nuestra ciudad  un nutrido grupo de jóvenes que empezaba a “ver mundo” más allá de la calle Berdigón. Llegan a sus hermandades con ideas más que establecidas en otros lugares y con un sentido eclesiástico y cultural de ésto que en algunos casos fueron tachadas como de ridículas e incomprendidas. Llegan, y simplemente levantan ésto. La Semana Santa de hoy es fácil y resulta difícil comprender como apenas treinta años atrás había Cofradías que se planteaban no salir porque no había ni dinero ni nazarenos, otras que colocaban carros en sus pasos para sacar las imágenes, otras que adornaban sus pasos con flores de papel o plástico…  y de ésto hace dos días como el que dice. Hubo sin duda una revolución, un apretón de tuercas, un giro estético. Y hoy, nuevamente, se hace necesaria otra explosión espiritual y estética que revitalice la decadente y vulgar Semana Santa de Huelva.

Analizando la realidad de nuestra ciudad y nuestra Semana Santa empezaría por valorar y afirmar que en Huelva hay un elevadísimo número de Cofradías. Si atendemos a los datos del censo, solamente en el término municipal de Sevilla hay unos 700.000 habitantes, excluyendo de éste dato las nuevas ciudades dormitorio como Tomares, Camas, etc… y si tenemos en cuenta las Cofradías integradas en el máximo órgano cofrade hispalense (sumando las diez que no hacen Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral) sale una Cofradía cada 10.000 sevillanos. Imagínense el porcentaje si sumamos los habitantes que conforman el anillo metropolitano de Sevilla. En nuestra ciudad y tomando como referencia los mismos datos sale una Cofradía cada 5.000 onubenses. ¿No os resulta curioso? Cuanto menos es un dato a tener en cuenta.

Por lo tanto creo necesaria y urgente una renovación y reducción del  número de Cofradías que tenemos en nuestra ciudad ¿sería viable una tendencia al fomento de Archicofradías y fusiones de Hermandades?. Las últimas Cofradías fundadas en Huelva están destinadas, contextualizadas y ancladas en un único paso ¿sería tan tremendo aglutinar Cofradías?. Siglos atrás estas decisiones se tomaban y no ocurría nada, puesto que se abordaban estos temas por el bien de la Semana Santa. Ahora bien. Si descendemos el número de Cofradías… ¿qué hacemos con las personas de las Juntas de Gobierno? ¿es realmente lo que importa? ¿pertenecer a ellas, tener protagonismo?. Reflexionemos sobre esto.

Otro aspecto a tener en cuenta es la capacidad de gestión, formativa y religiosa de los que formamos parte de ésto. ¿Estaría del todo mal encaminado que se exigiera un mínimo intelectual, cultural y religioso para formar partes de las Juntas de Oficiales?. Obviamente no se trata de tirar de currículum o hacer un examen de ingreso, pero ¿no se podría vigilar más y mejor por parte del clero y los organismos competentes éste tipo de asuntos?.

También estimo que sería conveniente la implantación de un código o reglamento por el cual se rijan las Cofradías y en el que se enmarquen las pautas a seguir en un plano estético y cultural. ¿Sería onírico darle forma a esos afamados “canones”?. No se trata de decir: “Cofradía de Silencio igual a lirios moraos”, obviamente no, pero si vigilar (siguiendo con el ejemplo de las flores) determinados exornos y tipos de flores. ¿Nos veríamos coartados los priostes a la hora de tomar decisiones?. Es posible. Ponerle puertas al campo es difícil, pero existen unos límites, unas pautas que habría que seguir. Se dice que los libros de los gustos no están escritos. Difiero. Sí están escritos, lo que ocurre es que no están leídos.

Margot suena por enésima vez en mi portátil y el olor del incienso se disipa ya con el ácido y mortecino aroma del carbón requemado. Me doy cuenta que son ya tres folios de fantasía cofrade que en lugar de ser utilizada para la reflexión será apellidada por aquellos pocos lectores con un “ité el enterao éste”. Me doy cuenta que de nada sirve plasmar unas letras salvo para apaciguar la frustración de uno de esos cofrades a  los que realmente les duele ver la realidad de todo esto.

Dentro de un año todo estará igual, se abrirán las puertas de la Mayor de San Pedro y volveremos a revivir a nuestra manera la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Te buscaré...

Te buscaré...

Espera. Recelo. Miradas al cielo que anuncian un año más la incertidumbre de la esperanza de la hora de salida. Tensa calma. Nudo en la garganta. Sonrisa impaciente y nerviosa ante la llegada inminente de una nueva fiesta gozosa y gloriosa que anuncia la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Por aquellas cosa del destino, de la vida, o por que sencillamente Dios así lo ha querido, este año mi corazón palpita semana santa por los cuatro costaos. Si disfruté de las carnestolendas allá por los primeros meses del año, la Cuaresma, ésta Cuaresma, me está haciendo retroceder en el tiempo y llevarme a una etapa de mi vida, atrasada pero no olvidada, donde todas estas cosas marcaban el reloj de mi día a día. Este año, vuelvo a tener esa ilusión de participar de esta nuestra fiesta por excelencia. Me siento ese chiquillo que viste túnica por vez primera, preguntando a cada instante cuántos días quedan para vestir los colores de su Cofradía. Me siento adolescente, con esa tensión contenida por la espera de llevar a sus titulares por las calles de nuestra Huelva de caliches y remiendos. Una Huelva que aunque presume de  fachada recién encalada, se muere lentamente en el olvido y el recuerdo de una ciudad que jamás volverá. Me siento hombre y cofrade que ha sabido vivir cada una de las facetas de nuestra Semana Santa y ahora, rozando con los dedos la madurez personal, sabe distinguir y quedarse con lo que realmente es transcendente de todo esto.

Este año volveré a encontrarme contigo y te abrazaré para no soltarte de nuevo. Te buscaré en la calle La Fuente, rincón místico del Barrio Alto que parece en estos días que acorta su longitud para hacerse fugaz, para encontrarte en forma de sonrisa celestial o en caminar señorial del nazareno de San Pedro. Te buscaré en el racheo anónimo y lúgubre del Señor de Calvario, en el caminar presuroso e incierto de mi eterna y distante Cofradía de la Santa Cruz. Te buscaré y te encontraré la tarde del Jueves Santo bajo la Madre y Señora de los Dolores y su joyero de plata, burdeos y rosas. Te encontraré una nueva Madrugá, para caminar junto a ti por esas calles que Tú y yo sabemos. Te buscaré para encontrarte en tus ojos Victoria, que bajas a tu ciudad para anunciarnos una próxima y merecida visita. Te buscaré en la mirada bondadosa de un nazarenito de la Fe o en la sonrisa más traviesa de todos los monaguillos de la Santa Cruz. Te buscaré en un palco de Gran Vía o en un balcón de San Pedro para seguir encontrando las lágrimas de una madre y la sobriedad de un padre, anclados en el recuerdo de una Semana Santa que ya no existe. Te buscaré en la rabia contenida de no veros vestidos con vuestra túnica azul, en vuestra ausencia, en el dolor del olvido impuesto y en el injusto amargo sabor que los humanos nos empeñamos en otorgarle a la Semana Santa. Te encontraré de la mano de mi inseparable aprendiz, atenta y dispuesta a mis explicaciones teóricas sobre la conveniencia o no de los faldones de terciopelo o damasco, en su paciente y asumida complacencia por sacarme de las tinieblas en las que me encontraba… Y te encontraré en la ausencia. En el dolor. En la tristeza por no tenerte en mis brazos para mostrarte a qué huele esa nube tangible que hay delante de los pasos, para enseñarte como se enciende una candelería cuando el paso está arriao, para pedir cera contigo y fabricar nuestra primera bola, para estremecerme contigo cuando oigas los sones de una marcha, para acurrucarte cuando estés cansado de todo esto y cogerte en mis brazos.

Te encontraré y te buscaré en todos los sitios y rincones porque desde que nací has estado presente en mi vida en todas sus formas y modos. En los éxitos y en los fracasos, en las alegrías y en las tristezas. Te buscaré Semana Santa. Te buscaré y te encontraré donde siempre y porque sé donde buscarte. Te buscaré y te encontraré porque ya estás aquí…

Lo mismo

Lo mismo

Para aquellos que estas cosas de las iglesias, los pasos y las bandas no es más que una cuestión de calendario y de incordio cívico, por aquello de la ocupación de las calles, el difícil transitar de vehículos y tal, la Semana Santa no deja de ser todos los años la misma historia. Ya ni me paro a  hacerles comprender que una obra de arte es inmutable en el tiempo y forma y por ello, no deja de ser interesante ni bella, ni inmerecida de ser vista una o quinientas veces.

Cada Semana Santa es una nueva realidad, principalmente, desde la perspectiva sentimental y emotiva de todo el que forma el entramado cofrade. Uno puede ver el mismo palio, la misma marcha, la misma revirá cada año… pero jamás hará suyo ese momento de la misma forma.

Si atendemos a lo puramente tangible, dicha afirmación de coincidencia año a año es totalmente falsa. Bien es cierto que a primera vista puede resultar que una estampa es idéntica a otra, pero siempre hay algún matiz al que sacar punta y hacer el momento único. Un tipo de flor específica, una marcha determinada, la colocación de un rostrillo, un nuevo estreno… Siempre hay algo nuevo que reconocer y contar. Cúantas y cuántas explicaciones damos los cofrades tan gratuitamente a los no iniciados. Reconozco que debe ser agotador para un conocido de Palencia que venga a pasar unos días a Huelva, que te empeñes en que no le llame colgadura al palio o  bastones a las varas…

Por otro lado, podríamos situarnos en un plano tan cofrade como el romántico y hacer de cada momento una experiencia vital única. El embriagador perfume de las volutas que el incienso dibuja en la aterciopelada tarde de Domingo de Ramos, puede avainillarse o canelarse más o menos cada año. Las fúnebres notas que llora una tuba tras un mortecino paso de palio, pueden ser más apropiadas o no. O incluso, por aquello de los horarios y el cambio climático, que todo afecta en esto de la Semana Santa, la luz que silueteaba el rostro de María Santísima  en su salida procesional es infinitamente más degradada que la del año anterior y menos fundacional por lo tanto.

Pero a pesar de todo, y no nos engañemos, cada Semana Santa se nos hace diferentes porque somos nosotros mismos los que nos situamos en el umbral del Domingo de Ramos (o Sábado de Pasión para los metódicos… o Viernes de Dolores para el populacho) con distinto atuendo cada año. Un traje que nos vamos haciendo a medida durante 12 meses para plantarnos en San Pedro o en el Polvorín con una perspectiva diferente y única. Personalmente, este año Campanilleros me sonará a Soleá dame la Mano, la rosa se me hará cardo y ver mi palio celeste se me antojará “canina” sevillana.

Este año… mi procesión va por dentro.

 

Homo Onubensis Dixit

Ya viene...

Bien saben mis sentimientos que "esto de las cofradías" va perdiendo poder a la hora del desarrollo de mi vida. Lo que en tiempos pasados eran alfa y omega de mi día a día, en cierto modo de manera obsesiva, va tornando a exilir a cuentagotas (de cera, en candelero el día después de la salida) para mi paladar.

Mi estómago ya no lo soporta todo y más si tienen mala digestión. Ahora busco ratitos, momentos, necesidades. Imagino que será otra estación del Via+Crucis del cofrade frustrado.

Las nuevas tecnologías permíten un acceso rápido y eficaz para sofocar las dudas y curiosidades informativas, y es aquí donde encuentro en este maravilloso abanico de internet, un momento de lo que pueden marcar con la exactitud y plenitud un "momento cofrade" por excelencia.

Podríamos analizar la imagen, corrijo, la perfección del momento, analizando la perfecta luz del día, la estrechez de la calle (reitero mi idea que Sevilla es el mejor escenario para esta obra llamada Semana Santa), el exquisito paso de palio de la Candelaria, los pétalos, la música... y la saeta, de esas personalísimas de Alex Ortíz que, aunque no soy aficionado al cante saetero (las detesto), son capaces de anudar los hilos más profundos de nuestros sentimientos.

Disfriten y juzguen por sí mismos.

Si esto no es el cielo... poco le falta

 

 

El Fracaso

El Fracaso

Esta semana ha salido a la luz la información relativa al permiso eclesiástico otorgado a la Cofradía de la Redención para realizar su Estación de Penitencia desde la Parroquia de la “Purísima Concepción”. Un hecho, que con más o menos transcendencia cofrade en general, provoca, o al menos lo entiendo así, la bofetá más dolorosa que pueda recibir la que fue mi Cofradía de la Santa Cruz.

 Apenas me he pronunciando en torno a ella desde que las puertas del templo xacobeo del Molino de la Vega se cerrasen definitivamente, cercenando los recuerdos y sentimientos más abnegados que un cofrade pudiese tener. Ni he querido, ni me han interesado lo más mínimo los pucheros que se cocían allá por la Vega Larga.

 Pero la cascada de noticias, dimes y diretes, concernientes a la cofradía de Vísperas que suben por la calle La Palma a la realidad cofrade, a esa masa anónima e impopular que cada día santo se agolpa en bares y tenderetes, son ciriazos que colman la paciencia y el ánimo del buen gusto cofrade.

 Lo que allá por los ochenta algunos consideraban la pseudo-élite de cofrades cristianos, inmaculados de historial y de preciado abolengo familiar cofrade, dio origen a una cofradía, nacida pese a quien pese de una mente con copyright, con la exigencia (autoimpuesta) de rozar la perfección ideológica, cristiana, cofrade, y en cierto modo, estética. Una exigencia a base de mirar en ocasiones por encima del hombro y de demostrar una incierta superioridad religiosa y cofrade. Nos creíamos perfectos. Nos contentábamos con ofrecer a la jerarquía esa sonrisa de cara de monja abnegada.

 La evidencia del tiempo fue dando años de luces y de prosperidad, donde a base de cariño, trabajo y constancia, se fueron cumplimentando pequeños grandes pasos. Pero los tiempos verbales de la bonanza crucista son pretéritos. Ahora reflexionen.

 Mientras cofradías como Redención y Salud sorteaban el día a día de su adolescencia cofrade desde la sencillez y la humildad con una única mira, la Estación de Penitencia (la seria, nada de Vísperas e inventos de pedigüeños), en la Santa Cruz  jugábamos a enquistarnos en un “dime tu que te digo yo” que sólo hacía limpiar esa falsa cara de perfección que tan bien supimos vender.

 Mientras unos verán la luz el próximo Martes Santo, y otros abrirán las puertas de la Purísima el Domingo de Ramos, nosotros seguiremos todavía jugando a las cocinitas como viejas chácharas barriobajeras. Mientras la Salud pondrá su cruz de guía en Placeta, nosotros seguiremos culpando de los males de la Santa Cruz a esa mente pensante creadora, culpable de males personales y hechizos insanables. Mientras seguimos presumiendo de broncínea fachada se nos pudren las raídas vigas de madera, carcomidas a base de rencor, tiempo y odio.

 Desde la altura que me da la distancia y la imparcialidad pido un poco de cordura humana y cofrade. Seamos honrados y entreguemos las llaves de la Cofradía a Palacio. La Santa Cruz ha fracasado… como Florentino con los “galácticos”.

Viernes Santo

Viernes Santo

Viernes Santo, día de la muerte, día de autos del nefasto magnicidio y de aquellos que digitalizan su destino al este por la A49. Huelva es tan piadosa y cofrade que el Viernes Santo no sale a la calle, calla sus vergüenzas y pecados en la soledad penitente de una mesa de camilla o en la anónima sillita sombrillera del recién restaurado ambigú playero. Los hay también, los más osados, aquellos que ya puestos a quebrantar  el autoimpuesto luto cofrade onubense del Viernes Santo, los que purgan sus pecados cumpliendo la  penitencia de enlazar Laraña y Orfila para llegar a San Andrés. Huelva, la apostólica, romana y marinera, prefiere no pisar la calle en tan trágica jornada. El cielo tendremos ganado.

El lote que componía el cartel de la última de feria presentaba cuatro novillos faltos de peso y carentes de trapío. El coso presentaba un aspecto casposo con menos de la mitad del aforo cubierto. Resultón y con algo de porte el primero de la tarde, de nombre “Viaplana” y pelo negro y tinto, presentó batalla y algún que otro destello de interés sobre todo en los primeros lances de la tarde. El segundo, “Moraíto”, quizás el de mejor porte de la tarde, mostró su mejor cara de vuelta a chiqueros, indultado por el respetable. La casta que se le venía presumiendo desde sus comienzos se ha ido apagando poco a poco hasta convertirse en un manso de buena estampa  que, como hemos citado, recibió su merecido premio de ganarse otra oportunidad. Ninguna suerte tuvo el tercero en aparecer, “Yacente”, que fue directamente devuelto nada más pisar el ruedo por petición popular. Novillos así no se pueden lidiar en plazas de segunda, ni de tercera. Ni un mal muletazo. Cerrando la soporífera tarde, “Silente”, novillo negro aceitunado, de corto recorrido en la muleta y paso lento en la embestida. Una pena para el diestro al que le tocó en suerte ya que el novillo presentaba una fantástica planta, alto de cara y noble en sus orígenes. Una pena al que le cayó en suerte. La tarde acabó con silencio para las cuatro faenas y  resoplidos de incomprensión, del espectador obviamente.  

Sé que tocaba hablar de Semana Santa para cerrar el septenario biográfico de mi blog en esta Cuaresma, pero es que en esta jornada, la comunicación entre espectador y actor cofrade, se rompe cada año con un suspiro complaciente que compaña al melancólico oír de sillas que se cierran  dramáticamente.

Esto se ha acabado, para bien o para mal. En unos días nadie, salvo los enfermos incurables de aburrimiento, hablará de palcos, de laudos ni de coronaciones. Para muchos, la Semana Santa es aquella obra de teatro que dura una semana y que en Huelva, y gracias a Dios, acaba el Viernes Santo para los sentidos y el Jueves Santo para el corazón.

No voy a hacer cuentas cabalísticas para cerrar este diario cofrade calculando la apocalíptica cifra que anuncia la llegada de las Palmas a San Pedro, pues la Semana Santa ni tiene comienzo, ni tiene final, es atemporal, el resto… son trocherías.

Venga de Frente: Dos cosas. Los ropajes de las nuevas figuras de la Cofradía de la Fe y el genial comentario de mi mujer viendo pasar el cortejo multicolor del Santo Entierro: “es como pararse a ver el escaparate de La Campana”.

Pararse Ahí: El poco gusto que deja el día. Tristísimo.

Jueves Santo y Madrugá

Jueves Santo y Madrugá

El Jueves Santo trae a sus espaldas el punzante frío del irremediable adiós. Un adiós que con el paso de los años se va haciendo menos amargo y más necesario. El Jueves Santo es ese tránsito patibulario en el que muchos se niegan a deambular al plantearse sus temores emocionales al responderse al ¿y ahora qué?.  La luz nublada que acompaña a las Cofradías del Jueves presagia que es hora de ir haciendo balance (físico, emocional y monetario) de los días de locura en los que la ciudad se convierte en hormiguero de nazarenos y vendedores de globos y kokis.  Todo se va apagando. Los nazarenos, el público, las marchas, el ambiente, la luz, la esperanza… todo. El Jueves Santo es el día de colgar el Cerrado por Vacaciones, o por defunción, dicho sea de paso.   

Una jornada más el tema horario resultó calamitoso. Más que por el cumplimiento estricto del convenio pactado por parte de cada Cofradía, la desesperación llegó al contemplar el horriblemente lento paso de las tres cofradías. La Archicofradía de Oración y Vera+Cruz no puede tardar en salir poco más de media hora de su Sede, para luego rozar la hora de paso en Carrera Oficial. Insufrible. Como el cambio del exorno floral en el palio de Madre y Señora de Los Dolores. Un golpe de priostitis lúcida. Subsanable a Dios gracias.

Lo de Buena Muerte se ha arreglado un poco al acomodar su itinerario a las necesidades y convertirse en el recorrido más corto de toda la Semana Santa onubense. Es un visto y no visto agradecido. La Agustiniana, cofradía ochentera en todos los sentidos, sigue en su deambular incierto entre el pseudosilencio y la seriedad propia que puede tener una cofradía de “niños”. Personalmente se equivocan en su giro de tuerca hacia el lado oscuro (entendido desde el punto de visto cofrade…). Siendo una Cofradía que jamás ha sido de silencio, y teniendo su sede en un Colegio Conventual ¿no es más lógico acercarse a los niños ofreciendo una Cofradía más adecuada a ellos? Con ello no reivindico la vuelta a la Banda del Zacarías con su particular Silencio, no. Pero le añadimos unos claveles rojos, unas cantoneras, unas cornetas y el éxito está asegurado. ¿Eso no lo leyeron en EL LIBRO?*.

Los Judíos se ha quedado sin gasolina a una vuelta de meta. Explotó, muchos cambios, muchas ganas, pero… Se ha cortado el hervor cuando mejor estaba saliendo el puchero. Se ha quedado en tierra de nadie, ni sí ni no sino todo lo contrario. A pesar del esfuerzo económico y estético que han realizado para el Paso de Las Cadenas, sigo quedándome con el de Buen Viaje. Un lujazo para Huelva, y para pocos. Me sobra el picadillo (ya de moda) y echo en falta un monte de claveles rojo sangre de toro. Menos mal que el debate del repertorio musical en el Palio de Los Dolores ya está más que superado. Aun guardo en mi retina los tenebrosos costeros por La Merced…

De la Madrugá poco que decir porque nada se puede decir. Madrugá es Nazareno de 4:00 a 5:00 y de 09:00 a 12:00. El resto no existe y ni tan siquiera debiera existir salvo para los corazones de esos solitarios nazarenos nazarenístas que gozan a esas horas de ver al Señor por sus calles. A Él le sobra y basta con los que tiene, no le hace falta más nadie, ni Carrera Oficial. Misericordia es ese asterisco en las primeras horas del Viernes Santo. Es ese pequeño detalle para los rancios de gusto atrofiado. Es el sentido al porqué de esta semana de pasos y tachán tachán. Misericordia son esas ganas de vestir la túnica nazarena (¿?). Detallazo el de las dos servidoras en la Cruz de Guía. Detallazo tardío, dicho sea de paso.

Venga de Frente: El sabor a Cofradía de la Oración y Vera+Cruz

Parase Ahí: El desacertadísimo exorno floral del Palio de Vera+Cruz. El vocerío al paso del Stmo. Cristo de la Misericordia

 

*Alguno me entenderá.

Miércoles Santo

Miércoles Santo

Miércoles Santo en Huelva es sinónimo de María. Mensajera de Esperanza en San Francisco, Victoria, reina anhelante en El Polvorín, y Estrella anónima en El Carmen. Dos flores y un pensamiento de mirada huidiza que rebosan las almas por las calles de nuestra ciudad. Miércoles Santo es decir María.

Si atendemos a los impulsos irracionales del sentimiento cofrade, para mí, el Miércoles Santo lo colma el palio azul del Sagrado Corazón. Con independencia de valoraciones artísticas (incuestionables), el palio de María Santísima de la Victoria tiene algo que no lo tiene otro en nuestra ciudad. No me pregunten qué es lo que es ni por qué lo digo. Pero su atenta contemplación (preferible en la soledad del templo) es un reflejo de la verdadera perfección de lo que significa un paso de palio en nuestra Andalucía occidental. Poco o nada tiene que envidiar a otros, banderas de la exquisitez cofrade.

El día salió mal en cuestión de horarios. Un desastre. La Cofradía del Prendimiento tuvo que esperar parada, literalmente, más de media hora en la calle José Nogales para entrar en Carrera Oficial. Tanto bombo por medio en cuestión de horarios que decidieron no formar parte de la polémica. Lo de ésta Cofradía es una lástima para el cofrade rancio de regusto “extraño”. Estando entre dos torbellinos y viniendo de donde viene, hay que hacer encajes de bolillos para poder disfrutar de su paso de un modo relajado. Elegantísimo caminar el del barco de El Carmen. Quizás la Cofradía más reciente con un mayor avance y un futuro más que prometedor.

Si la cal, con su luz y frescura, la aporta Prendimiento. La arena la pone Esperanza. Uno de los grandes misterios de nuestra Semana Santa radica en el itinerario de San Francisco. Me parece inviable e insostenible que una Cofradía que tiene la Carrera Oficial a dos pasos serpentee por el intransitable centro de nuestra ciudad por capricho “histórico”. Sus nudos, sus vueltas, su callejeo… no le hace nada bien a nuestra Semana Santa. ¿Tanto trabajo cuesta salir más tarde, coger las Hermanitas, San Cristóbal, ir detrás de Victoria (que pasaba anteriormente por Padre Andivia), y al regreso prolongar al Tartessos, bajar a Berdigón y Miguel Redondo?. Lo lógico y sencillo es lo incorrecto. Hacemos de lo fácil lo imposible. Recogida pesadísima e interminable la del Cristo de la Expiración.

Al igual que Prendimiento, la Cofradía de la Victoria también pecó de timorata y llegó al centro con más adelanto del esperado. Luego vinieron los tapones, las prisas… Es una pena que el Miércoles Santo se convierta en campo de batalla para las envidias (infundadas dicho sea de paso) y rencillas del pasado. Caminar junto al palio de la Victoria es una dulzura irresistible. No entiendo como la gente se agolpa en la plaza baja del Barrio Obrero cuando por sus calles suele ir bastante despejada. A la gente le gusta la bulla. El paso de Misterio es otra historia. Me parece chabacano y carente de gusto. Todo muy excesivo, sin mesura. Confundimos trabajo con arte.

No quiero terminar sin hacer mención especial a CNH. Encomiable el trabajo de realización a la hora de abordar el Miércoles Santo, tanto las salidas como las recogidas. Tal vez un único pero al canal local, ¿no hay nadie que pueda comentar decentemente la Semana Santa de Huelva?.

Venga de Frente: El Misterio del Prendimiento, impresiona.

Pararse Ahí: El serpenteo innecesario de San Francisco

Martes Santo

Martes Santo

La abrumadora presencia de público en la calles acompañando el paso de las Cofradías, sigue siendo a día de hoy lo más destacado de esta Semana Santa 2010. El bullicio en cada calle, en cada esquina, en cada Cofradía, está siendo la nota predominante de los primeros cuatros días de procesiones. Prueba de ello la salida de Pasión, donde una abarrotada plaza de San Pedro esperaba el cadente paso del nazareno del barrio alto.

El Martes Santo es un día de transición. Quizás sea mi poca disposición para las tres cofradías que realizan la estación de penitencia en esta jornada lo que produzca, personalmente, cierta relajación a la hora de cuadrar horarios y esquinas. Asumo mi culpa. Lo reconozco. Personalmente entiendo el Martes Santo como la jornada más apañadita de nuestra semana mayor.

Lo escrito ayer para la Cofradía del Cautivo es aplicable y válido para La Lanzada. Una cofradía ochentera, sin gusto a ná, anquilosada todavía en el Viernes de Dolores. Es destacable la marea humana que arrastra desde su Barrio de Las Colonias. Indudable, pero los mimbres deberían ser mejor entrelazados para forjar una Cofradía con un sentido estético coherente. Veo lo de ayer y me retraigo veinte años atrás a un caballo a medio terminar y muchas ganas de hacer cosas que, según pasa el tiempo, se enquistan en eso, en ganas.

Lo de Estudiantes es curioso, al menos a mis ojos. Si a mediados de los ochenta disfrutaba de un excelente cortejo pero carecía de dos pasos, en la actualidad, la Cofradía Universitaria, se contrapone y disfruta de dos pasos más que interesantes pero carece de un cortejo digno de una Cofradía que busca una sobriedad más fingida que efectiva.

Insisto. Quizás es que este día lo tengo atragantado y no pasa ni con el almíbar torrijero.

Lo de Pasión es otra historia. Es otra liga. Quizás incluso sea otro deporte en este Martes Santo. Con independencias de razones históricas e ideológicas, el destierro de la capa verde ha supuesto un golpe de clase (intrínseco a la Cofradía de la Mayor de San Pedro), un giro de tuerca, un golazo por la escuadra. Me encanta la sobriedad que ha ganado el cortejo con ese morao penintente. Pasión es Pasión. La salida desde su templo con Huelva a sus pies fue sencillamente sublime. Jesús se acercaba al pueblo arañando centímetro a centímetro del porche, de un modo preciso, elegante, sobrio. Entre tanto costero e izquierdo, Pasión es un guiño al gusto, un pellizco a esos cofrades ranciotes que huyen del espectáculo circense en el que se convierten muchos de nuestros pasos de misterio.

Por cierto, en una entrevista oí a su Hermano Mayor citar la posibilidad del cambio de estilo musical para el Señor. ¿La Cena acompañando al Nazareno de San Pedro el próximo año?. Pelitos de punta...

Venga de Frente: El caminar régio de Jesús de la Pasión.

Parase Ahí: Los exornos florares... o nos pasamos o no llegamos.

Lunes Santo

Lunes Santo

El Lunes Santo estuvo egoístamente marcado por la ausencia de la Cofradía del Calvario en Carrera Oficial. Se han equivocado. Con independencia de quien esté en poder de la razón, que en cosas de Cofradías jamás es absoluta, la cabezonería y el rencor ha podido con el sentido común. Lo de ayer es un paso atrás para la Semana Santa onubense y dos para la Cofradía de Calvario. La situación actual de la Semana Santa onubense no necesitaba un pulso Cofradía-Palacio, es más, la decisión unilateral de no atender la petición expresa de José Vilaplana de realizar la Estación de Penitencia en la forma y los tiempos aconsejados, distanciará la creciente relación Obispal con las Cofradías. Marcará un antes y un después. El Obispo acaba de comprobar de primera mano el rencor que gastan los cofrades. El tiempo dará y quitará razones. Pero la herida está abierta y dejará secuelas. Por cierto, dos detalles, una de cal y una de arena. Interesante la corona de espinas para el señor, lamentable algunas “deportivas” en Calvario… quizás estuvieron más pendiente de otras cosas.

Centrándonos en el resto de la jornada, el Lunes Santo deja patente las dos vías en las que se encuentra la Semana Santa Onubense. Con independencia del lamentable suceso institucional de la Cofradía de Calvario, ésta y Tres Caídas están a otro nivel de sus acompañantes en la jornada del Lunes, Cautivo y Perdón.

 Lo de Cautivo es preocupante. Una Cofradía estancada en los principios de los 90. Sin avanzar en cuanto a cortejo, insignias, pasos… Quizás sea la Cofradía onubense, junto con la de La Lanzada, con un menor progreso en los últimos diez años. Si me confieso defensor de una exploración minuciosa para la creación y llegada a Placeta de nuevas Cofradías, de igual modo creo que se debería analizar determinadas Cofradías llegando incluso a reflexionar la conveniencia o no de la realización de la Estación de Penitencia. Quizás exceda de Papista, pero…

El Perdón tiene su estigma eterno con el que caminará siempre. Ayer me sorprendió por su orden, por su número de nazarenos y por la sencillez con la que pasó por Carrera Oficial. Un hervor más. Quizás sea lo que le falte, un golpe más de gustito. Interesantes declaraciones de su Hermano Mayor antes de la salida: “Nosotros saldremos aunque llueva… el barrio necesita esto”. Razón no le falta

Las Tres Caídas llega al Centro con toda su pomposidad polvorinera. Derroche quizás sea la palabra que defina a esta Cofradía en su Estación. Derroche de arte, de sabor, de cofradía… El caminar de su paso de misterio, al más puro estilo Pureza, es de autentica categoría. Por mucho (y bien) que haga no termina de convencer a los más ortodoxos y de sevillanas maneras  del costal. El palio del Amor quizás tenga uno de los movimientos más sublimes de la Semana Santa onubense, verlo de frente o de espaldas (qué me gusta un palio visto desde atrás) es un lujazo.

Venga de Frente: El acompasado paso del Palio del Amor

Pararse Ahí: Calvario.

El Lunes Santo se fue y dejó mas Gloria que Paz.

 Hoy no miraremos al cielo.

 

Domingo de Ramos

Domingo de Ramos

Brillantísima jornada la que abría oficialmente la Semana Santa 2010. Ganas, gentío, buen hacer, mimbres de buenos palios de futuro, mezcla de estilos, cielos despejados… Un Domingo de Ramos pletórico.

Lo que más destacó de la jornada de ramos es el ambiente que reinaba en las calles. Mareas humanas en busca de Cristo y María. Goteo incesante de cabezas que suben y bajan por las calles en busca de un Dios triunfante, eucarístico, redentor y humillado. Un Domingo de Ramos que toma fuerza como el gran día de nuestra fiesta (con Permiso de Miércoles y Jueves Santo).

La “revolución” horaria planteada por el Consejo de Cofradías ha sido más testimonial que efectiva, ya que en la primera jornada hubo retrasos en todas las Cofradías y los recortes de tiempo sólo se vieron reflejados sobre el papel de los itinerarios. Aun es pronto para hablar de fracaso.

Ayer descubrí un nuevo rinconcito. El paso de la Cofradía de La Redención a su vuelta por Fray Juan Pérez es una estampa preciosa. Calle estrecha, a oscuras, silencio de la noche. Interesante apuesta. Y valiente, como la de poner con calzador la ya empalagosa “Sacra Conversación” en el canasto. Es la moda.

Hablando de La Redención y su búsqueda de calles nuevas. Si bien pido la oreja para lo anterior, guardo silencio en lo que respecta al paso de la Cofradía por las inmediaciones de la Plaza de la Soledad. Lo ocurrido por la presencia de coches mal aparcados es culpa de todos.

Atrevida puesta en escena del Cristo de la Victoria, despojado de túnica, dejando ver la magnífica mano del maestro León Ortega. Por cierto, destacable la imagen de la Banda de Moguer con su chaqué para el palio de la Paz. Chapó por la indumentaria y por los sones… de lo mejorcito.

Pero si algo quedará en mi retina cofrade de este primer día es el “angeleteo” del palio celeste en la calle La Fuente. La Virgen de los Ángeles, la cenicienta de San Pedro, se crece en su carroza mágica el Domingo de Ramos llenando Huelva con su pequeño palio. Una pena que comiencen a cocerse habas en la Cofradía de la Burrita. Los dimes y diretes solo harán frenar esta inercia de crecimiento estético y devocional que la cofradía de los niños está viviendo en los últimos años. ¿Porqué no trabajar mano a mano?, ¿porqué no una candidatura conjunta?. Ayer le comentaba a un viejo costalero celeste que debería llegar a la Cofradía alguien neutro, que sea capaz de unir y pacificar las aguas.

Venga de Frente: El binomio Cuadrilla-Banda de la Cena. Único.

Parase Ahí: El Punto negro en la Iglesia de Las Agustinas. Inseguridad total. Imposible pasar. Cuidado.

Sábado de Pasión

Sábado de Pasión

Apostaría que éste es el último año del Sábado de Pasión en Huelva. Al menos, así  entiendo que debiera ser. Hay todo un año por delante para ponerse manos a la obra y trabajar codo con codo para confeccionar una estructura que bien debiera ser “definitiva” para la semana santa onubense.

Me explico.

De cara a la próxima Semana Santa se da por hecho que la Cofradía de la Salud se integrará en la nómina del Martes Santo, lo que sería una ocasión única para que la Santa Cruz aprovechara su estela y dé el salto a Placeta, y de igual modo, como no hay dos sin tres,  que la Cofradía de la Misericordia forzara la máquina para dejar la Madrugá de una vez por todas para la Semana Santa de 2011. Teniendo en cuenta que Domingo de Ramos, Lunes y Viernes Santo ya están completas con cuatro hermandades, y que La Salud  completará el Martes Santo, Santa Cruz y Misericordia tendrían que recolocarse entre el Miércoles y Jueves Santo formando así seis jornadas con cuatro cofradías, dejando la Madrugá en exclusiva (y sin Carrera Oficial ¿?) para El Nazareno.

Si a esto sumamos la necesaria remodelación de la Carrera Oficial, cuya propuesta formulada por la Cofradía de Tres Caídas es necesariamente viable, nos encontraríamos con una Semana Santa 2011 completa, sin añadidos y con una estructura sólida que consiga afianzar de una vez por todas nuestra semana mayor.

Tiempo hay. Ganas hay. Y la necesidad es evidente. No parcheemos más y rememos en una misma dirección entre todos evitando “ciriazos” como el de Calvario de este año, un borrón que ayudará poco a la cofradía postconciliar.

De la jornada previa a la Semana Santa me quedo con las “ganas” de las dos Cofradías de Vísperas. La puesta en escena sigue siendo la misma y al margen de las dos imágenes del misterio de La Salud, no hay novedades significativas. No podemos mirar con lupa a las más humildes de las hermandades de Huelva, ya que además de injusto resultaría contraproducente para muchas de las Cofradías “señeras” que ya estacionan en La Concepción.

Venga de Frente: El misterio de Santa Cruz es y será un referente

Parase Ahí: El ropaje de Claudia Prócula en La Salud. Uf…

P.D. Espero estar dispensado por parte de Dani o Iván de www.huelvacofrade.com de solicitar los permisos oportunos para publicar la foto... Un abrazo

El Cuestionario

El Cuestionario

Os invito a que participéis en este pequeño y sencillo cuestionario.

Como Cruz de Guía, empiezo:

 

Un momento de la Cuaresma: El primer Viernes de Marzo. Me encanta asistir en una relajada tarde a los besamanos pertinentes.

Una Cofradía: Santa Marta de Sevilla.

Un paso de Cristo: El de la Cofradía de la Carretería de Sevilla

Un paso de Palio: El Palio.... Macarena.

Un hábito: Nada representa mejor la Semana Santa que el ruan y el esparto.

Un Cristo: Buena Muerte de Los Estudiantes de Sevilla.

Una Virgen: Repito. Macarena.

Una Marcha de Cristo: Alma de Dios

Una Marcha de Palio: Depende del momento obviamente. Pero nada como Campanilleros, Estrella Sublime y Coronación de la Macarena

Un rinconcito: El palio de la Virgen de Los Ángeles en la calle La Fuente.

Un Día de la Semana Santa: Domingo de Ramos

Un ratito: Ese que el sol entra por la canastilla cuando vas saliendo de la Iglesia debajo de un paso de Misterio. Único.

El pasado: Corto

El presente: Inestable

El futuro: Muy a corto plazo, vestido nuevamente de nazareno

 

Natividad López

Un momento de la Cuaresma: las 15.00 del último día laboral.

Una Cofradía: Pontificia, Patriarcal e Ilustrísima Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Angustia (Ole!)

Un paso de Cristo: el del Gran Poder de Sevilla

Un paso de Palio: El de la Virgen de la Angustia

Un hábito: siempre negro

Un Cristo: mi “Cristo de Almonaster”

Una Virgen: siempre Ella, Rocina

Una Marcha de Cristo: ¿? (peeeeerdooona a tu pueeeeeblo...)

Una Marcha de Palio: No sé cómo se llama pero la de la banda sonora de Alatriste. (Ni si quiera sé si es de palio)

Un rinconcito: cualquiera en el que “hablamos” sobre “Ética y Estética de la SS”

Un Día de la Semana Santa: El primero. Siempre es el día más alegre de cualquier periodo festivo

Un ratito: gastronómico

El pasado: ciencia ficción

El presente: TODO

El futuro: Ilusión

 

José Andrés Rodríguez

Un momento de la Cuaresma: La lluvia de pétalos frente a mi terraza, a la Hdad. de la Fe.

Una Cofradía: La Fe

Un paso de Cristo: Si es por talla, el de la borriquita lo conozco muy bien.

Un paso de Palio: El amor????, no sé, es bonito, no????

Un hábito: El de los lamas, es muy vistoso y alegre. Los de los penitentes no me gustan ninguno, una vez estaba con un amigo (Christofer Obafemi), y cuando doblemos una esquina y vio unos penitentes salió corriendo, acojonado, porque creía que era el KKK, fue por los ochenta, y me hizo pensar que realmente dan miedo, no me gustan.

Un Cristo: ---------------

Una Virgen: ---------------

Una Marcha de Cristo: Me gusta oír a la banda de la cena, (es muy musical), el estilo de la de los plumeros no me gusta nada, me parece muy estridente. Pero marcha???? no sé ninguna.

Una Marcha de Palio: Rocío (quizás porque me recuerda a mi madre)

Un rinconcito: Cualquier terracita de un bar, tranquilita, sin pasos por los alrededores

Un Día de la Semana Santa: El sábado, que ya se ha acabado todo el bullicio, que en pequeñas dosis no está mal, pero una semana......

Un ratito: Jajajajajajaja, mejor me lo quedo para mí.

El pasado: Una mala tarde la tiene cualquiera. Aparte de la broma, hice muy buenos amigos en la Hdad. de la borriquita, que aún conservo.

El presente: No sé ni el padrenuestro, no sé porque versión va actualmente, así que figúrate.

El futuro: Ahhhh?????

 

Manuel J. Rodríguez

Un momento de la Cuaresma: (Lírico) ... aquel en el que, de un día para otro, sin darte cuenta te sacude la fragancia de un naranjo en flor.

(Místico) ... cuando te tiznan de ceniza la frente y te recuerdan "polvo eres..."

(Emotivo) ... sin duda cuando en ésta he visto a mi hija diciendo tente y desfilando a paso de tambor al oler incienso... (Como Martínez Ares en Calle de la Mar, "digo yo que lo llevamos en la sangre...")

Una Cofradía: (Lírico) El Calvario por las calles de Sevilla.

(Místico) La Sacramental de la Minerva de Roma...

(Emotivo) ... como dice mi niña: la "tanta kuntg"  o algo así.

Un paso de Cristo: Cristo del Amor de Sevilla, entre otros.

Un paso de Palio: Sin duda, Amargura de Sevilla.

Un hábito: El de la Hermandad del Sol de Sevilla.

Un Cristo: El Cristo del Perdón de Navas del Rey (Segovia), de Salvador Carmona.

Una Virgen: La Virgen de los Dolores de Santa Cruz de Sevilla, de Antonio Eslava.

Una Marcha de Cristo: Prefiero el silencio...  si no, La Clámide Púrpura.

Una Marcha de Palio: Soleá dame la mano.

Un rinconcito: La virgen de los Ángeles de recogida en calle La Fuente.

Un Día de la Semana Santa: Domingo de Ramos.

Un ratito: No sé qué contestar...

El pasado: Los minutos de soledad delante del Santísimo, justo después de concluir la primera salida con paso desde la Merced, con la Santa Cruz. El Señor sabe por qué.

El presente: Como Nuestra Señora de la O, léase, en expectación.

El futuro: Cada vez me veo más lejos...  

 

 

Pilar Morán

Un momento de la Cuaresma: La función de mi hermandad

Una Cofradía: Gran Poder de Sevilla

Un paso de Cristo: Pasión de Sevilla

Un paso de Palio: Amargura de Sevilla

Un hábito: Santa Cruz de Huelva

Un Cristo: Pasión de Sevilla y Providencia de Huelva

Una Virgen: Madre de Gracia

Una Marcha de Cristo: Silencio blanco

Una Marcha de Palio: Madrugá

Un rinconcito: La Plaza Niña

Un Día de la Semana Santa: Ahora el Domingo de Resurrección, porque se acaba de una vez...  Pero digamos el Domingo de Ramos.

Un ratito: A pesar del año pasado, la meditación y oración preparatoria de la Estación de Penitencia de la Santa Cruz.

El pasado: Absoluta felicidad

El presente: Absoluta decepción

El futuro: Expectativa...

 

Rocío Caro Flichi

Un momento de la Cuaresma: El domingo de Pasión

Una Cofradía: Huelva…Santa Cruz, Sevilla…La Sagrada Mortaja

Un paso de Cristo: Huelva…Señor de la Borriquita, Sevilla…La Quinta Angustia

Un paso de Palio: Huelva…María Santísima de la Victoria, Sevilla…María Santísima de la Concepción (Hdad. El Silencio)

Un hábito: Huelva…Santa Cruz, Sevilla…Macarena

Un Cristo: Huelva…Jesús en su entrada triunfal (Hdad La Borriquita) y el Señor de la Providencia (Santa Cruz), Sevilla…Cristo de la Sagrada Cena, La Bofetá o San Gonzalo

Una Virgen: Virgen de los Ángeles de Huelva “La gracia huelvana” y María Santísima del Dulce Nombre “La gracia sevillana”

Una Marcha de Cristo: Alma de Dios en Agrupación y La Pasión en cornetas y tambores

Una Marcha de Palio: Elaboraré una relación: La Madrugá, Amargura, Soleá dame la mano, Rocío, Estrella Sublime, Campanilleros, La Esperanza de Triana, Margot, María Santísima del Dulce nombre, Cristo del Buen Fin…Soy amante de Farfán y Lerate.

Un rinconcito: coincido con muchos…calle La fuente Domingo de Ramos

Un Día de la Semana Santa: desde las 21 de la tarde del Sábado de Pasión hasta las 22 de la noche del Domingo de Ramos (un día y un poquito mas)

Un ratito: Tres Caídas por las hermanitas de la cruz en Huelva

El pasado: Varios recuerdos de niñez:

-Domingo de Ramos: Una replica en pequeñito de la Revolución               Francesa en casa de mis abuelos.

-Lunes Santo: jugar en el patio de mis abuelos esperando que el cautivo pase por San Pedro para irnos al palco.

-Martes Santo: torrijas antes de que mi padre me llevara a ver la Lanzada.

-Miércoles Santo: Salida en El Polvorín y recogida con “A ti Manué” en San Francisco.

-Jueves Santo: Ilusión porque salía una hermandad de tres pasos…muy fuerte lo sé, y también porque veíamos salir una a las 12 de la noche.

-Viernes Santo: nunca quería que llegara…pero me encantaban las hermandades de ese día porque eran de San Pedro y las podía ver desde mi casa, curiosamente otra hermandad de ese día que no era de San Pedro con el tiempo adquiriría más importancia por motivos del corazón…

El presente: Un grandísimo desconcierto al no entender porque no podemos estar todos unidos  y demostrar que la semana santa es algo más que un arte barroco

El futuro: Ganas de que el pasado sea algo más que recuerdos de niñez…

 

A la Gloria Sevillanos...

Rescato un fantástico video de Youtube donde se inserta un portentoso fragmento del inolvidable pregón de la Semana Santa de Sevilla pronunciado por Carlos Herrera en el año 2001.

Disfrútenlo.