Un "acto más"
Muchos conocéis el negativismo con el que suelo mirar las cositas de esta nuestra ciudad. Si, soy así, no me escondo. Pero quiero dejar claro y anunciar, serán las canas que empiezan a salir en mi barba, que empiezo a ver la luz al final de este túnel pesimista. Cada vez lo soy menos, lo confieso. Es verdad. Ahora, la indiferencia, es la que reina en mi corazón onubense. Pa vosotros…
Todo lo concerniente a ese “acto más” de los que se vienen celebrando dentro del Año de la Fe, tanto en nuestra querida Huelva como en el resto de España, está siendo gestionado, aquí en nuestra ciudad, de un modo sencillamente demencial.
La imperante e incipiente corriente de opinión contraria a la celebración del acto (por cierto, surgida desde fuera del gobierno de cualquier cofradía y sin poder ejecutivo, que es lo peor) además de que no la entiendo, la veo interesada y alimentada por egos y rencillas personales para nada enmarcadas dentro de lo que debe caracterizar a un cristiano. No lo entiendo. Lo que debería ser (no para uno mismo, sino para Huelva) un gran acto religioso y cultural, algunos se empeñan en enfangarlo con sacapuntas que rozan lo ridículo: que si se llama malamente Procesión, que si se llama injustamente Magna, que si es litúrgica, que si sólo hay 250 sillas… pa vosotros la perra gorda. Que sí, que muy bien, que os habéis leido mil veces el anteproyecto (hay lecturas más recomendadas, por cierto) y faltan dos comas, unas comillas y medio paréntesis. Que sí, que muy bien. Que ganáis. ¿Pero quién pierde? Pues pierde LA SEMANA SANTA DE HUELVA, dando una imagen para el resto de Andalucía, de frustración (algunos lo llamarán madurez), de revancha, de fractura.
“Es que no estamos aquí para cuando quieran los curas”. Perdónenme. Si. Las cofradías son Iglesia SIEMPRE. Los pasos, los enseres, las imágenes pertenecen a cada cofradía, muy bien, pero al ser Iglesia, son bienes eclesiásticos. Son de ellos nos guste o no. Esto de los pasos tiene unas reglas, marcadas por unas directrices y ejecutadas por unas personas. Lo que no podemos es adaptarlas siempre a nuestros intereses (“no es que yo soy cristiano pero estoy a favor del aborto”). Mire usted, usted será cofrade, sacapasos o “afisionao”, pero si no entiende y respeta la jerarquia eclesiástica, hágaselo mirar. Es así de fácil.
“Los muñecos están para sacarlos”, claro, cuando queramos, nos dejen y nos digan. Lo que no puede ser es que cuando nos interesa subamos a Palacio, serviles y obedientes, para pedir sacar un paso para el XVII aniversario de la firma del primer contrato con la Banda de Romeralejos, y ahora, movidos como digo, por esta corriente chusquera y retorcida, pongamos pegas por la nomenclatura del acto, o por que no hay dinero… perdónemne nuevamente. Pero es que es ridículo.
“Es que a mi no me han dicho nada del Proyecto”. Es que a lo mejor usted no tiene porqué enterarse (de primera mano) de los anteproyectos, de los bocetoss o de las intenciones de un acto entre el Consejo de Cofradías y el Obispado de Huelva. Usted se enterará, como hermano, cuando lo convoquen (si su Cofradía así lo estipula) para realizar la consulta de participación en un acto. Lo que pasa es que aquí, como buen patio de vecinos cotilla que es ésta ciudad, nos enteramos de todas las miserias de los vecinos antes de lo que ocurre en nuestra propia casa.
No nos hemos permitido ni el beneficio de la duda. Ni la presunción de inocencia. Nos hemos subido al carro del NO porque hay cabos sueltos. ¿Y no hubiera sido mejor optar por el SI desde el principio, con ilusión, con optimismo, con ganas de aportar mejoras, soluciones, alternativas? ¿No hubiera sido mejor ver lo bueno (aunque sea poco o mucho) que pueda tener este acto en lugar de magnificar las (pocas o muchas) carencias que pudiera tener? ¿no hubiera sido mejor unificar fuerzas para ofrecer una imagen de unidad, de solidez y de potencia de la Semana Santa de Huelva?
Como suele ser costumbre últimamente… sigan. Sigan con las mamarrachás.
Homo onubensis dixit
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