Martes Santo
La abrumadora presencia de público en la calles acompañando el paso de las Cofradías, sigue siendo a día de hoy lo más destacado de esta Semana Santa 2010. El bullicio en cada calle, en cada esquina, en cada Cofradía, está siendo la nota predominante de los primeros cuatros días de procesiones. Prueba de ello la salida de Pasión, donde una abarrotada plaza de San Pedro esperaba el cadente paso del nazareno del barrio alto.
El Martes Santo es un día de transición. Quizás sea mi poca disposición para las tres cofradías que realizan la estación de penitencia en esta jornada lo que produzca, personalmente, cierta relajación a la hora de cuadrar horarios y esquinas. Asumo mi culpa. Lo reconozco. Personalmente entiendo el Martes Santo como la jornada más apañadita de nuestra semana mayor.
Lo escrito ayer para la Cofradía del Cautivo es aplicable y válido para La Lanzada. Una cofradía ochentera, sin gusto a ná, anquilosada todavía en el Viernes de Dolores. Es destacable la marea humana que arrastra desde su Barrio de Las Colonias. Indudable, pero los mimbres deberían ser mejor entrelazados para forjar una Cofradía con un sentido estético coherente. Veo lo de ayer y me retraigo veinte años atrás a un caballo a medio terminar y muchas ganas de hacer cosas que, según pasa el tiempo, se enquistan en eso, en ganas.
Lo de Estudiantes es curioso, al menos a mis ojos. Si a mediados de los ochenta disfrutaba de un excelente cortejo pero carecía de dos pasos, en la actualidad, la Cofradía Universitaria, se contrapone y disfruta de dos pasos más que interesantes pero carece de un cortejo digno de una Cofradía que busca una sobriedad más fingida que efectiva.
Insisto. Quizás es que este día lo tengo atragantado y no pasa ni con el almíbar torrijero.
Lo de Pasión es otra historia. Es otra liga. Quizás incluso sea otro deporte en este Martes Santo. Con independencias de razones históricas e ideológicas, el destierro de la capa verde ha supuesto un golpe de clase (intrínseco a la Cofradía de la Mayor de San Pedro), un giro de tuerca, un golazo por la escuadra. Me encanta la sobriedad que ha ganado el cortejo con ese morao penintente. Pasión es Pasión. La salida desde su templo con Huelva a sus pies fue sencillamente sublime. Jesús se acercaba al pueblo arañando centímetro a centímetro del porche, de un modo preciso, elegante, sobrio. Entre tanto costero e izquierdo, Pasión es un guiño al gusto, un pellizco a esos cofrades ranciotes que huyen del espectáculo circense en el que se convierten muchos de nuestros pasos de misterio.
Por cierto, en una entrevista oí a su Hermano Mayor citar la posibilidad del cambio de estilo musical para el Señor. ¿La Cena acompañando al Nazareno de San Pedro el próximo año?. Pelitos de punta...
Venga de Frente: El caminar régio de Jesús de la Pasión.
Parase Ahí: Los exornos florares... o nos pasamos o no llegamos.
2 comentarios
Jesús Rodríguez Redondo -
Dani -