Blogia
Homo Onubensis

La misma dirección

La misma dirección

Qué sensación más extraña.

La verdad es que uno se para un momento y se echa al arcén de la vida para permitirse ver cómo se suceden los hechos uno detrás del otro, y por mucho que nos frotemos los ojos, no terminamos de creer que estamos en esta órbita tan negativa y autodestructiva.

Mañana es la tradicional Cena de Navidad y muchos de nosotros estamos recelosos de qué nos encontraremos cuando crucemos las puertas del grandísimo Bardomero. Entraremos con ese resoplido agrio en los labios y la mirada puesta en uno y otro para juzgar como es esa primera mirada.

Y eso, me entristece.

Hace casi una década de aquella reunión en casa de Antonio Fernández “Tete” donde planteamos el hecho de fundar un Club de Rugby donde se nos permitiera hacer lo que más nos gusta: JUGAR A RUGBY. Tal vez no teníamos más aspiraciones que ésa ¿era nuestro pecado? ¿era nuestro orgullo?. No lo sé. Ni importaba. Con el hecho de ir a Sevilla a jugarnos la piel (literalmente) a San Jerónimo, hacerles besar el albero y volver a Huelva con magulladuras y con la victoria en el bolsillo, nos sobraba.

La Junta Directiva la formaban tres o cuatro. Tu, tu, tu y tu. Pero… ¿qué carajo importaba?, si lo principal era que el EQUIPO ÉRAMOS TODOS. ¿o acaso gente como Andy Ramos o Javi Tello, que eran anónimos, no se sentían parte de la Junta?. No había reuniones, no. Porque las reuniones las hacíamos en la Estación de Servicio de Chucena cuando parábamos TODOS a desayunar antes de ir a jugar: “¿Largo has traido las fichas?”, “Edu llama a Cajasol y dile que vamos a llegar 15 minutos tarde”, “El cerdo de Gastón, como siempre, que dice que se acaba de levantar y que va directamente pal campo”…  Qué cojones importaba si teníamos polos entallados, si las equipaciones estaban limpias (¿quién no se ha puesto un polo “limpio” con olor a demonios?), o si los otros eran más grandes y fuertes. ÍBAMOS A JUGAR A RUGBY. Punto. Un grupo de hermanos, de amigos, de personas que aún a día de hoy muchas de ellas nos vemos y nos seguimos saludando con un beso.

Recuerdo aquel viaje a Granada con nuestro inolvidable Eduardo Viera Guachi, en el que apenas reunimos unos 18 tíos para jugar. Llegamos allí, tarde, como no. En un día perrísimo de lluvia y viento. Y el por aquel entonces Universidad de Granada, un equipo de gente de rugby, de tios curtidos en campos de tierra, nos vió llegar resguardados en la grada. Riéndose de nosotros por nuestras caras de sueño y de cansacio, empapadas bajo aquel aguacero. “No vamos a jugar” dijeron. “Vamos a jugar”, dijo Guachi. Y vamos a jugar porque estos tíos se han hecho unos pocos de kilómetros para JUGAR A RUGBY. A los 20 minutos se iniciaba el partido. Fango, lluvia, viento… y derrota honrrosísima por 5-0. ¿Resultado?. Que esa noche Huelva ocupó Granada porque nos habíamos ganado el respeto, de los rivales y de los propios compañeros. Ése día supe lo que es JUGAR A RUGBY.

Han pasado 10 años. El club sigue ¿pero cómo sigues?. Se dice que estamos en el mejor momento de todos. Puede. Porqué no. Tal vez. Pero si se van a hacer unas papeletas para vender un jamón, se arma la de Dios. Si se van a hacer unas camisetas para sacar dinero, jamás se saca dinero. Si se organiza una cena de Navidad, hasta dos días antes no se sabe cuánto sale y quién va y quién no. ¿estamos mejor que nunca? No lo sé. Cierto es que tenemos un campo donde entrenar… donde cada vez entrenan menos jugadores. ¿es el sitio lo que marca la grandeza de un Club?. No le pregunten a mis rodillas peladas de entrenar en el albero de la Avenida de Andalucía o en el Campo del Seminario. Fue curioso. Las chicas un día pidieron un entrenamiento voluntario y me las llevé a ese trozo de tierra de la Avenida. Nada más llegar… “míster no se ve”, “míster el terreno no esta plano”… Significativo.

Creo que estamos entrando en una dinámica muy peligrosa. Los jugadores están más pendientes de las decisiones de la Junta Directiva que de entrenar y la Junta Directiva estás más pendiente de lo que opinan los jugadores que de optimizar los recursos.

¿De qué sirve realmente firmar un convenio con el Ayto. de Aljaraque si luego no concretamos?. ¿De qué sirve planificar una temporada si luego se salta todo a la torera?. ¿De qué sirve planificar tu vida, como los horarios de clases, para luego ir a entrenar y se plantan diez compañeros?. ¿De qué sirve todo eso?.

Aquí no hay Dioses. Ni la Junta Directiva son (somos) portadores de la verdad absoluta ni nos estamos codeando con Sonny Bill Williams y Dan Carter. ¿Dónde están en el Club  los valores de honradez, humildad, dedicación, amistad? Mírense y díganme dónde.

¿Cómo puede ser posible que haya jugadores que muestran su disconformidad ante decisiones de un “entrenador” que guste o no, pero hay que obedecer y respetar?, ¿cómo puede ser posible que el hecho de jugar de ala o de centro suponga una presumible frustración vital?,  ¿cómo puede ser posible que se esté pendiente de los minutos que juega cada uno?... Señores, como dije antes, mírense ¿somos jugadores de rugby? ¿o de qué?.

Aquí solo hay UNA SOLUCIÓN. UNA. No hay ni fórmulas mágicas ni experimentos. La única solución es SABER CADA UNO DONDE ESTÁ y PARA QUÉ ESTÁ.

Si un jugador está más pendiente de cómo le queda el polo y de que si se ha enterado de que fulanito o menganito va a salir de titular… mejor que juegue al rugby… pero en la Play.

Si un directivo va a estar más pendiente de lo que digan tal o cual en un correo que le han filtrao… mejor que se vaya a la Asociación de Vecinos a jugar al ajedrez

ESTO ES RUGBY SEÑORES. TODOS SOMOS UNA PIÑA, SOMO UN CLUB Y TENEMOS QUE REMAR EN LA MISMA DIRECCIÓN.

Si uno puede aportar 3… que se rompa el alma en aportar 4. Si uno aporta 5, que logre 6. Sin mirar al lado, sin espejos, sin excusas, por el bien del EQUIPO Y DEL CLUB.

TODOS, y cuando digo TODOS, desde el más modesto jugador que lleva dos entrenos hasta Jesús Sáez, pasando por Amiti o por Pablo Piosa, TODOS. Todos somos NECESARIOS y debemos de respetarnos con nuestros valores positivos y negativos. Aprendiendo de cada uno que tenemos al lado, confiando en el otro, en el compañero, en el amigo, en el hermano.

Mientras no hagamos de esto el ABC del rugby y de nuestro Club, seguiremos fantaseando con dirigir a Stade Française y de jugar en los Crusader… y mientras… nuestro Club se seguirá muriendo lentamente a escasos metros de la orilla.

0 comentarios