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Homo Onubensis

De vuelta...

De vuelta...

Regresamos a la cotidianidad de la ruinosa cita matinal con el despertador a la 6:20, después de casi un mes de intento continuo de desconexión mental excepcionalmente logrado en un par de chispazos de relax. Lo especial de este verano, con todo lo que conlleva, lo positivo y lo negativo, es el motivo de este nuevo modelo vacacional que será la tónica para el resto de mis periodos estivales. Cuanto antes asuma que los días chancleteros en Punta Umbría, vagabundeando por la calle Ancha en busca de un "huevo queso y york" de mi inolvidable Garito, han pasado a mejor vida, mejor afrontaré el resto de mis veranos. Habrá otras cosas, distintas, diferentes.

Lo más destacado de este periplo han sido las escapadas a Ayamonte y Cáceres. Unos días en dos destinos diferentes en busca de paz y de energía positiva en forma de barriguita que crecía por minutos. Sin duda se logró el objetivo de desconectar, pero... la gloria siempre sabe a poco.

En cuanto a la ración cultural veraniega, este año me quedo con tres películas: las últimas de Shrek y de Toy Story, y una sorprendente Origen. Para las lecturas me atreví con un libro más entretenido que interesante, El Informe San Marcos (Fermín Bocos).

Pero lo que hará especial estas vacaciones, lo que las hará únicas, será la sensación de ver crecer al pequeño gran Jacobo en el vientre del personaje más importante que marca mi vida. Y digo personaje porque tu, mi niña, eres un personajillo de cuidado. Única, diferente, distinta. El trasiego de médicos, de revisiones, de citas, de muebles, de paseos matinales por la playa, de papeles, de cunas, de carritos... aunque se hace agotador, mirándolo desde la distancia se vuelve lo más grande que a una persona le puede pasar.

Apenas queda un mes para que todo termine... o empiece que nunca se sabe. Vuelve la incertidumbre laboral, los dolores de cabeza, la tensión en una oficina que nadie sabe hacia donde navega, lo que diga uno, lo que dice el otro. Propuestas, proyectos... ya me duele la cabeza sólo de pensarlo. Ahora lo que sí que tengo claro es que terminaron mis días de unas vacaciones equivocadamente inconformistas.

Se acaba el verano... se acerca la ERA JACOBO.

Sal ya, anda.

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