Las Veletas
Qué instrumento tan dócil este que nos señala la dirección del viento. Tan plano, tan sencillo. Tan directo y sincero. La veleta nos orienta vanamente hacia donde debemos de dirigir nuestros pasos si no queremos remar contra corriente, ir contra el viento. Ella nos marca la dirección a seguir pero ¿esa misma veleta nos marca el rumbo a todos? Parece que no.
Para políticos y dirigentes, obesos de sopa boba, nigromantes de la mentira, la veleta no es más que la brújula donde aferrarse según varíe el viento y según se llame el mismo. Pregúntele al gaditano si lo mismo da el poniente que el levante. Pues no, parece que no.
Los veletas, bien diferenciados del título del artículo, ningunean al ciudadano lucrándose en mayor o menor medida con independencia del viento que sople. Y a ti, votante anónimo, el que ese domingo electoral se siente partícipe de algo sin saber realmente de qué, que te zurzan. Valiéndome de Marx podría afirmar que la política es el opio del pueblo. Nos tiene narcotizados en una eterna mentira sin remisión alguna. ¿Qué esperanza nos queda a los ciudadanos después de tanta racha de viento variable? A mi ninguna, y sean fieles a sí mismos: ¿a día de hoy votarían ciegamente por algún partido político? Dicen que los toros mansos podrían acabar con la fiesta nacional ¿acabarán estos políticos con la falible Democracia? Ya ni miedo me da pensar que si.
La Diputación de Huelva celebró hace apenas unas semanas la I Conferencia Europea de Acciones Locales contra el Cambio Climático, un ciclo cuyo objetivo era poner en valor la sostenibilidad y ecología de los municipios ante la suerte dispar que puede sufrir el medio natural. Brillantemente bonita la literatura del ciclo pero, ¿y el apoyo silencioso y obligado de dicho organismo provincial a la construcción del oleoducto de la Refinería de Balboa que cruzará toda la provincia incluyendo Doñana?, ¿y el proyecto de trazado de carretera nacional que cortará en dos la Sierra de Huelva separando parajes de alto valor medioambiental?, ¿es que acaso ya no interesa la ecología y el medio ambiente?.
Más sangrante resulta un PP que rechaza, censura y se opone a una, al menos discutible, subida de impuestos estatales para seguir combatiendo la actual crisis social y económica, y se inventa un canon de mejora de la red de abastecimiento de Aguas de Huelva para subir la factura al menos 5 euros por recibo. Más sencillo hubiera resultado ponerse un pasamontañas y sacarnos una navaja. Todo esto por no hablar de la generalización de la corrupción en el seno de este partido en el caso Gürtell, en el caso Palma Arena…
¿Y donde dejamos a IU?. Unas hienas políticas que se arriman y venden al mejor postor defendiendo unos ideales tan desfasados como moralmente correctos. Sentimentalmente unidos en un matrimonio de conveniencia por el día a una Mesa de la Ría que lo que único que pretende es cerrar el Polo de la Punta del Sebo para repetir modelos urbanísticos como la caótica Pescadería, e infiel amante por la noche con unos trabajadores de la industria onubense que ondean como zombies las banderitas rojas de unos sindicatos más jerarquizados que la propia Iglesia.
Y de postre… UPyD llamando a las puertas de Juan José Cortés, el galáctico que la “progre osea osea super chic” de Rosa Díez quiere para su proyecto onubense.
Homo Onubensis Dixit
1 comentario
Nati -
Me ha encantado tu reflexión sobre este mar de politicuchos que nos inunda y no gobierna de una manera cada vez más desastrosa, ilógica y carente de toda ética.